Breve historia de la manipulación de bolas
O la batalla de las Excélsior
Existe una disciplina mágica que consiste en manipular bolas de billar haciéndolas aparecer, multiplicar, cambiar de color y forma e incluso desaparecer. Es un arte relativamente joven, tendrá unos 120 años, quizá parezca mucho tiempo, pero comparado con otras disciplinas como la cartomagia, cubiletes o magia con cuerdas, que tienen más de 500 años, no lo es tanto. A causa de su juventud, deberíamos poder trazar fácilmente una historia desde su creación hasta nuestros días, conociendo quién fue el creador y los magos que trabajaron arduamente hasta su desarrollo.

Antes de la publicación de esta rutina, no existía la manipulación de bolas y cuando se hablaba de ellas, se entendía que se hacía referencia a la copa y la bola. Este juego consistía en que, de una copa de metal con una tapa se sacaba una bola. Se hacía desaparecer y se comprobaba que había vuelto a su lugar de origen. Pudiéndose hacer a la inversa, la bola se dejaba en la copa, tras un pase desaparecía y volvía aparecer de la oreja de un espectador.

Rápidamente, el nuevo método es adoptado por todos los magos y se convierte en best seller de la magia, siendo incluida en las cajas de magia que se regalaban a los jóvenes que se querían iniciar en la magia. Hay pues, un antes y un después desde la aparición de la rutina comercializada por Roterberg. La manipulación de bolas ha seguido evolucionando, grandes maestros como Downs, Cardini o Benson han creado magistrales piezas, en las que las bolas cambiaban de color, aparecen hasta doce o trece bolas e infinidad de pases para lograr el efecto. Todo habría quedado así, si no fuera por la aparición en escena de George F. Wrigth.

-Eso es buenísimo- le dice asombrado el cliente
George se da cuenta que tras la puerta de la trastienda estaba el propio Roterberg observándolo. Complaciente le dice que está bien pero todavía no está listo para el mercado y al tiempo, empieza a comercializarlo en su tienda bajo el nombre Excélsior Multiplying balls.
Por si fuera poco interesante la historia, y para Rizar el Rizo entra en juego un nuevo elemento. Un año después, el mentalista y editor del Tarbell Ralph Walter Read, da una conferencia sobre historia de la manipulación de bolas en Los Ángeles, en la que habla de los orígenes y evolución de la misma. En ella afirma que el creador del movimiento maravilloso de las bolas que permite fácilmente duplicar o desaparecer una bola es Williard Robinson.
Entonces, ¿Fue realmente Roterberg el creador del movimiento mágico? ¿Debemos creer a George F. Wright? ¿O fue Williard? La verdad que es difícil responder con tan poca información, en realidad solo podemos lanzar hipótesis como si fuéramos Sherlock Holmes. Pero tratemos de centrarnos en lo que sí sabemos es cierto. Roterberg siempre fue un amante de la manipulación de bolas, puesto que sacó varias versiones y a cada cual mejor. La segunda es un excelente ejemplo de superación de la primera y estudio de los elementos.
La historia que cuenta George en Linking Ring, es muy bonita, pero tiene cosas que no encajan. Dice que es el inventor de la rutina que publicó Roterberg pero no acusa de nada, no deja claro si se la copio, o si le pagó por incluirla en el catálogo o qué pasó, deja al lector que ponga el resto. Por otro lado afirma crear la rutina de forma casual al descubrir un set de copa y bola defectuoso. Juntó una cascarilla de ese juego que se había despegado con una bola y probando se dio cuenta de que la cascarilla si cubría la bola parecía una bola sola pero si estaban una al lado de la otra parecían dos bolas. Esto es lo más curioso, porque se asombra del uso de la cascarilla cuando ésta fue inventada por Buatier mucho antes que él empezara a trabajar en la tienda de Roterberg y además, cuando él estaba allí trabajando, la tienda estaba llena de cascarillas y bolas, puesto que ya estaba publicada la segunda rutina de Roterberg y las vendía juntas. Así pues, afirma inventar algo que ya existía en la tienda y era un producto estrella.
Finalmente tenemos a Ralph Walter Read que afirma que el creador es Williard que nunca reclamó haber creado el efecto, lo cual no quiere decir que no lo haya inventado. Ralph compró la tienda a Roterberg, en 1908. Siendo el dueño, sería lógico pensar que supiera quién fue realmente el creador del artículo mejor vendido de la tienda, las Excélsior. Y parece que así fue, Williard vendió la técnica básica de aparición de una bola usando la cascarilla a Roterberg y luego este construyó la rutina que comercializó en su tienda
Pero son suposiciones, a falta de más pruebas solo podemos especular. Pero y tú, ¿qué piensas?
Más magia en
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